FIESTA DE LOS PASTORES. MOSQUERUELA 2012
Estuve en la fiesta de los Pastores...y cené con ellos. Una cena "pastoril" y contundente, de dos platos. Como si viniéramos todos de guardar las ovejas en el corral después de un día agotador. Aunque la realidad era que podían contarse con los dedos de la mano los pastores "de verdad" que habían entre los casi 150 que estábamos allí.
Pero eso no importa cuando el pastoreo se lleva en el corazón o en el recuerdo, cuando forma parte de tu propia historia y la de tus antepasados... y ese era el caso de todos los presentes. Así que, cuando nos dieron la gorra "oficial" con el logotipo de los Pastores, no hubo nadie que no se la pusiera (comprobarlo en las fotos) y hasta yo mismo, que casi no diferencio una Cartera de una Ojinegra, me sentía como un auténtico pastor.
"Al año que viene que regalen el garrote" , dijo alguien, "y al próximo un zurrón" añadió otro. Y yo pensaba que si en ese momento me los dan y me ponen las ovejas delante del Pabellón, soy capaz de llevármelas hasta el mismo mas de Gil. Vease lo insensato que puede llegar a ser uno en el momento álgido de una cena.
Y es que la alegría y el buen humor que reinaba desde el principio se desparramó tras el postre, con la llegada de los licores espirituosos. La charanga "Los Espontáneos" ayudaba a caldear el corral y por un momento aquello me pareció la "Madre de todos los Bureos"... aunque faltaran las guitarras y las pastorcicas.
"¡Bicarbonato, bicarbonato!", exigió alguien con insistencia al camarero, "hay que acabarse el vino que sobra". Y con un poco de jarabe de limón, ya que no había miel, lo mezcló en un vaso con el vino y echó el bicarbonato mientras removía con la cuchara. "Hay que tomárselo bullendo, que sinó está muy malo". Así que para conseguirlo no queda más remedio que bebérselo de un trago y después, como mandan los cánones, eructar. ¡Que es muy malo retener gases!... y además te lo pide el cuerpo. "Ande esté esto, que se quite la Coca-Cola".
¡Sí señor! Hay que reivindicar el "Zarzón" como una bebida autóctona de Mosqueruela. Una tradición más de pastores y masoveros que se mantiene a lo largo de los años y que no está en extinción como algunos animalicos.
Y entre risas y cachondeo, rodeado de viejos amigos y con mi gorrica de pastor, que no me quité hasta que me fui de Mosqueruela, aquella noche me sentí como un chinchirino más, arropado por la hospitalidad pastoril de estos "animalicos en extinción".
A todos los pastores, desde aquí, mi más sincero agradecimiento.
Alberto Agudo
Ya veo que fue una fiesta de pastores, pues pocas pastoras acudieron a ella, fiesta del hombre bravo y del buen pastor.
ResponderEliminarMe imagino que disfrutaste con ella, un abrazo
Hola MariPi. Esta fiesta, que tiene ya más de 30 años de historia, gira en torno a los festejos taurinos que organizan y financian los socios pastores ese fin de semana. Quizá por ello desde sus inicios, que yo sepa, siempre ha sido de hombres. No estaría mal que la pastoras de Mosqueruela hicieran lo propio y montaran también su fiesta.
EliminarUn abrazo y hasta pronto.
Qué buena crónica!! Je je y qué buena cena pasarias!!! Estefanía.
ResponderEliminarSi, Estefanía, fue una velada estupenda. Y, como sabes, el "culpable" de todo fue tu padre, Vicente, que se empeñó en invitarme... y he de decirte que no tuvo que insistir mucho para convencerme.
EliminarEnvíales un saludo a él y a tu madre. Hasta pronto.