Mi patria es mi infancia



"Mi patria es mi infancia"
. Así lo expresó un sabio y yo hago mia esta frase. Mi infancia fue feliz y me siento orgulloso de haberla vivido en Mosqueruela. Por ello me considero chinchirino de corazón y he creado este blog para rescatar la Mosqueruela de antaño, la que guardo en mis recuerdos y que me gustaría compartir con todos aquellos que, como yo, llevan a Mosqueruela en el corazón.



jueves, 2 de agosto de 2012

Una pastora en "el Charco"




Pilar, pastora de Mosqueruela, a la sombra de los chopos junto a el Charco.



Ya me iba de Mosqueruela. Tomaba la vereda triste que lleva a Valencia después de cuatro días vividos intensamente entre pinos y masías, aspirando el aroma de la ontina, caminando junto a las viejas paredes, escuchando al cuervo lejano... y también días de reencuentro con los viejos amigos y algunos otros a los que solo conocía "virtualmente". Pero no quería partir a casa sin antes despedirme de mis amigos más ancianos: los chopos de El Plano. Allí me dirigí por la pista que desde la antigua serrería lleva hacia el Charco. Sentada a la sombra sobre una piedra me encontré con Pilar y sus cabras, que estaban apagando la sed en la menguada charca. 

Hablamos un rato y pronto salió el tema de la sequía de este año. "Está todo muy seco pues no ha llovido desde el año pasado.¡Dios quiera que no haya ningún incendio! No entiendo como tanto que estudian los sabios, que hasta han ido a la luna, y no son capaces de hacer que llueva. ¿Qué se les ha perdido allí?, más valdría que ese dinero lo emplearan en cosas de provecho".

Le doy la razón y ella sigue hablando de lo mal que está todo "mi marido impedido en la cama, que tengo que ir yo con las cabras y no nos dan ninguna ayuda del gobierno, ¡ya ve ustéd!" y sigue enumerando más desastres hasta que acaba diciendo "...pero he de decirle que después de la guerra fue peor". "Claro" le digo yo "además, con los maquis..."

Y entonces ella, levanta la cabeza, me mira cambiando el semblante y en un tono de voz diferente dice: " no me hable de maquis, que siendo yo una cria vinieron a la masía a llevarse a mi padre diciendo que ya no lo íbamos a ver más; y a mi madre y a nosotros, que éramos diez hermanos, nos encerraron en un cuarto a todos. Luego a mi padre lo soltaron, ¡gracias a Dios!, pues no era a él al que buscaban, que se habían equivocado, pero después se lo llevaron los de la Guardia Civil porque decían que ayudaba a los guerrilleros y allí casi lo matan de una paliza. Al final lo soltaron al pobrecico... ¡él no había hecho nada!".




Pasa un coche y Pilar se levanta para apartar las cabras del camino. Mientras se va le pregunto por la masía y me dice el nombre (que, por no anotarlo, ahora lo he olvidado) "... está en Nogueruelas, luego me vine a vivir aquí". Y con paso ligero, garrote en mano y una bolsa de plástico por zurrón se fue Pilar. Vestida como un hombre, pues en el campo sobra la coquetería. Y yo me quedé con un montón de preguntas por hacerle. 

¡Volveremos a vernos, Pilar. Quedan muchas historias por contar!

Alberto Agudo

4 comentarios:

  1. :) Me gusta, una vez más.

    Estefanía M.

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    1. Muchas gracias por tu comentario Estefanía y que disfrutes por las montañas de Benasque tanto como he disfrutado yo estos días por los pinares de Mosqueruela.
      Saludos y hasta pronto.

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  2. Una historia triste y bonita a la vez, pues a ver cuando encuentras de nuevo a Pilar y seguimos con ella, ya que debe de tener mucho que contar en esta vida de tanta lucha para sobrevivir.
    Me he quedado tus fotos, me gusta mucho la primera especialmente.
    Un abrazo

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    1. Si, son muchas la historias que hay pendientes de contar, solo tenemos que sentarnos y escuchar. Sin duda, cuando vuelva a Mosqueruela, pasaré por El Charco y, entonces, buscaré a Pilar para que me siga contando más historias...y me diga el nombre de la masía que he olvidado.
      Un saludo afectuoso para tí y los tuyos.

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