Mi patria es mi infancia



"Mi patria es mi infancia"
. Así lo expresó un sabio y yo hago mia esta frase. Mi infancia fue feliz y me siento orgulloso de haberla vivido en Mosqueruela. Por ello me considero chinchirino de corazón y he creado este blog para rescatar la Mosqueruela de antaño, la que guardo en mis recuerdos y que me gustaría compartir con todos aquellos que, como yo, llevan a Mosqueruela en el corazón.



martes, 23 de octubre de 2012

Una escuela entre masías




Escuela de "El Carmen"(Mosqueruela) en  los primeros años de la década de 1940.  La ermita de "El Carmen" se encuentra en plena Sierra del Rayo y junto a ella varias masías, los niños de las cuales acudían allí a escolarizarse. 


Esta foto (publicada por Joaquín Mateo Dolz en el grupo Fotos Antiguas de Mosqueruela) ilustra perfectamente una época de nuestra historia reciente: la de la posguerra y, especialmente, el tipo de educación y adoctrinamiento que se impartía en las precarias escuelas de aquella España negra.

Detrás de las inocentes niñas y tapando la bandera de España, una gran foto de Franco parece estar vigilándolas, como el Gran Hermano de Orwell. La bandera está ladeada y el rostro del "Generalísimo" semitapado por las masovericas... era la única manera de que saliera en el encuadre. Y es que en aquellos años, recién acabada la Guerra Civil, la figura del "Caudillo" era omnipresente en toda España y llegaba hasta esta humilde escuela entre masías. Seguramente, bandera y foto colgarían en el aula, junto al crucifijo y la imagen de José Antonio y todos los días, antes de empezar la clase, los niños cumplirían el ritual de rendirles homenaje. 

Desde la foto, diecinueve rostros nos observan 70 años después. Es un día luminoso y el sol del mediodía apenas hace entornar sus ojos, que miran con decisión a la cámara. Llevan leotardos para protegerse del frío y sus vestidos, modestos y sencillos, parecen muy gastados, como si se hubieran estrenado años antes por sus madres o hermanas. Son niñas que para ir a la escuela han tenido que caminar desde sus masías, algunas durante más de una hora. Tienen la tez morena y curtida por el sol, el viento y el frío... y casi ninguna sonríe. Es más, algunas visten de negro, como si llevaran luto por algún familiar.

No fueron buenos tiempos para los masoveros aquellos años. Además de sufrir la escasez y la penuria generalizada en una España destrozada por la guerra, ellos padecieron otra no declarada y silenciada por el Régimen. La gerrilla antifranquista, más conocida como "Maquis", actuaba por la zona y los masoveros se vieron envueltos en el fuego cruzado de los guerrilleros y la Guardia Civil. Muchos, temiendo por sus vidas y por su familia, se vieron obligados a vivir en el pueblo o a emigrar, dejando abandonadas las masías y yermos los bancales. Un declive que continuó hasta la década de los 60/70, cuando la emigración generalizada hacia las ciudades acabó con un modo de vida que desde siglos había permitido prosperar al pueblo.

Escuela de El Carmen (Mosqueruela) a finales de la década de 1960. La foto es de Gonzalo Gargallo  Lipiani , que aparece abajo a la dcha. El maestro es D. Ricardo y los otros niños son Rosalía, Palmira, Elvira, Angelina y Julio, el que cuelga  con el bocadillo.

Sabemos que la escuela funcionó hasta principios de los años 70; aunque debió haber años que estuvo cerrada , sobre todo durante los de más actividad guerrillera, cuando obligaron a los masoveros a dormir en el pueblo y depositar las llaves de la masía en el cuartel. Mientras hubo niños, aquel sencillo edificio   cumplió su función educativa con las limitaciones de aquellos años, pero al quedar despobladas las masías, la escuela quedó cerrada para siempre... y el eco de los juegos de los niños ya no volvió a oírse en los prados de el Carmen.

Mirando esos rostros infantiles de hace 70 años pienso que ahora, las que vivan, serán unas venerables ancianas que mirarán hacia atrás en su vida y verán años de esfuerzo y sacrificio, años de duro trabajo para criar los hijos...y, a pesar de todo, recordarán los días de esta foto con la triste nostalgia del que sabe que no volverán nunca más.

Alberto Agudo