Mi patria es mi infancia



"Mi patria es mi infancia"
. Así lo expresó un sabio y yo hago mia esta frase. Mi infancia fue feliz y me siento orgulloso de haberla vivido en Mosqueruela. Por ello me considero chinchirino de corazón y he creado este blog para rescatar la Mosqueruela de antaño, la que guardo en mis recuerdos y que me gustaría compartir con todos aquellos que, como yo, llevan a Mosqueruela en el corazón.



sábado, 31 de marzo de 2012

La Barbacana

Mosqueruela. La Barbacana



Barbacana es para mí una palabra muy querida. Con solo pronunciarla me veo transportado a los dulces momentos de mi infancia en Mosqueruela.

Para mi la Barbacana es la soleada escalinata que bajaba desde la Portera hacia la carretera, buscando la serrería y el cuartel de la Guardia Civil. Sobre ella domina la imponente presencia del que, dicen, fue el palacio del rey D. Jaime, con su torreón circular semiderruido por el paso de los años.

La Barbacana era amplia, lo suficiente para que desfilaran los chinchirinos en procesión cuando la Romería de la Estrella. Aunque al principio era estrecha y sombreada por pasar encajonada entre el muro de la Portera y la ermita de Santa Engracia (que entonces era la escuela), después se abría al horizonte del Barranco del Majo y el Penyagolosa y recibía la cálida luz del sur, que tanto se agradece en el riguroso invierno turolense.

En las rampas de ambos lados de la escalinata algunos vecinos ponían a secar la lana de las ovejas.

Debajo de la Barbacana, a la derecha, estaba  la escuela de los más pequeños y el parque con los columpios, que todavía hoy resiste el paso de los años; más abajo se ensanchaba como un embudo y a ambos lados de la escalinata, la pendiente, alisada con cemento, nos servía como rampa de juegos y a los adultos para poner a secar la lana en la época del esquileo de las ovejas.




Para suavizar el desnivel, cada tramo de escalones tenía un ancho rellano que nosotros utilizábamos para jugar a las cartetas o hacer bailar las trompas. Y es que la Barbacana hacía también las funciones de patio de la escuela y los días de clase, cuando llegaba la hora del recreo, una alegre algarabía de chiquillos se desparramaba por ella 

En los amplios rellanos de la Barbacana jugábamos a las cartetas.




Pero el dia que consulté en el diccionario, me llevé una sorpresa. Ninguno de sus significados   hacia referencia al que yo tenía por válido.


La palabra "barbacana" proviene del vocablo árabe báb albaqqára, cuyo significado es "puerta de las vacas" y designaba un muro defensivo levantado fuera de las murallas del castillo. Era un obstáculo más que se añadía a los atacantes y en tiempos de paz, el espacio se aprovechaba para guardar el ganado, de ahí su nombre. Más tarde los españoles imitaron estas fortificaciones avanzadas como refuerzo de defensa y adoptaron el nombre árabe castellanizándolo. La barbacana a veces era un terraplén adosado al muro, una medida defensiva que se generalizó por su simplicidad y economía.


Foto del Blog Mosqueruela


Sin duda este sería el caso de Mosqueruela. En la foto, de principios del s. XX, se puede observar el primitivo terraplén y un grupo de personas sentados sobre el muro del camino que subía hasta la Portera. Sobre esta rampa, años después, se construyó la elegante escalinata que todos conocemos como "la Barbacana".


En la actualidad la Barbacana sigue manteniendo el mismo aspecto que antaño y las viejas acacias siguen luciendo sus redondas copas. Sin duda, resisten mejor que nosotros el paso del tiempo, aunque la imagen de los vellones de lana secándose al sol ya no vuelva nunca más.


Alberto Agudo

viernes, 9 de marzo de 2012

Cuervo de Mosqueruela


Soy un cuervo centenario, Mosqueruela es mi lugar. Foto: desmotivaciones.es


Negro cuervo de Mosqueruela que sobrevuelas los yermos olvidados de El Plano. Si pudieras hablar, tú que tienes más de cien años y has visto crecer a los viejos chopos entre bancales dorados de mies, ¡cuántas historias podrías contarnos! 



CUERVO DE MOSQUERUELA


Soy un cuervo centenario
Mosqueruela es mi lugar
tengo  ya más de cien años
cien historias que contar.

Historias de masogueros
que el tiempo ha borrado ya,
de campos ahora yermos
con la mies por cosechar.

De pastores bajo el rayo
y zagalicas en flor
que entre las flores de mayo
son requeridas de amor

Soy un cuervo centenario
Mosqueruela es mi lugar
desde el alto del Milano
hasta el pico Azafranar.

Mis dominios sobrevuelo
mi lamento es mi graznar
vestido de negro duelo
por todos los que no están.

De duelo por las masías
y el perdido pastoreo
¡que no volverán los días
de los felices bureos!

De duelo por el sendero
que cubre hierba de olvido
¡que ya se fue el masoguero,
que los pastores se han ido!

Soy un cuervo centenario
Mosqueruela es mi lugar
tengo  ya más de cien años
cien historias que contar.

Alberto Agudo



viernes, 2 de marzo de 2012

Los centinelas de "El Plano"



Viejos chopos en "El Plano" (Mosqueruela). Foto: Pepe Serrador. descubriendopenyagolosa.blogspot.com

Aquí están, inmutables, los centinelas de "El Plano". Vigilando el paso por la vereda que conoció tiempos mejores. Erguidos, como penachos entre cintas de piedra, buscan el cielo luminoso del atardecer. Hace semanas que dejaron caer su vestido de hojas y ahora, desnudos, se enfrentan valerosamente al frío del invierno.

Hubo un tiempo en que eran muchos los rebaños que pasaban bajo sus ramas, mientras arrastraban tras de sí una estela de polvo, apresurados por saciar su sed con el agua de "el Charco". Los pastores, muy a menudo, eran zagales que llevaban en su zurrón pan, tocino y un puñado de olivas negras para pasar el día.

El murmullo del viento entre sus ramas hoy es el mismo que antaño, cuando se mezclaba con el tintineo de las esquilas o el rumor metálico del carro arrastrado por la mula. La sombra que ahora cobija al paseante es igual que la que refrescó a tantos pastores que transitaron por la vereda con sus rebaños. ¿Quién podría contar las ovejas que han visto pasar ante ellos? ... tan difícil como contar las estrellas del cielo de Mosqueruela.


"Mi viejo chopo, turbio de ruiseñores, esperaba poner entre las hierbas sus ramas mucho antes que el otoño lo dorara" F. García Lorca. Foto: Azucena Agudo.


Siempre los he conocido así, inmensos y solitarios, desafiando al viento y la tormenta a través de los años... y me pregunto: ¿cuántos tendrán?. Quizá lo sepan los viejos cuervos que merodean por la planicie y a veces se posan sobre ellos, pues cuentan que son aves longevas que viven más de un siglo.

¡Viejos chopos centenarios! ¡Seguid ahí otros cien años!

Alberto Agudo