Mi patria es mi infancia



"Mi patria es mi infancia"
. Así lo expresó un sabio y yo hago mia esta frase. Mi infancia fue feliz y me siento orgulloso de haberla vivido en Mosqueruela. Por ello me considero chinchirino de corazón y he creado este blog para rescatar la Mosqueruela de antaño, la que guardo en mis recuerdos y que me gustaría compartir con todos aquellos que, como yo, llevan a Mosqueruela en el corazón.



domingo, 17 de julio de 2011

Los chopos ausentes

Mosqueruela en los años 60. Vista del pueblo desde la Fuente del Maestro. Foto:http://mosqueruela.blogspot.com/ 


"El viajero que arriba a Mosqueruela por la carretera de Teruel no descubre la pintoresca imagen del pueblo hasta que, después de pasar por la Tosca y la Fuente de la Huerta, tras rebasar una curva elevada varios metros sobre los bancales de trigo, no se detiene allí, a beber de la Fuente del Maestro y observar la fértil vega que se ofrece a sus pies."

Hasta los años 60 unos humildes chopos daban su bienvenida de sombra a los que llegaban por la carretera de Teruel, una pista tortuosa de piedra y grava prensada, polvorienta y llena de baches. En verano sería de agradecer su sombra fresca y acogedora y en invierno el que fueran mojones para marcar el camino en las frecuentes nevadas. 

Aquellos chopos, como viejos centinelas en formación, parecían rendir honores a todos los que por allí se dirigían al pueblo. En la fotografía podemos observar que la fila de chopos era doble y continua hasta el molino y tal vez más allá; los chopos están podados para que las ramas no molesten a los camiones y marcados con pintura blanca en el tronco, quizá para resaltar de noche con la luz de los faros.

Aunque la foto es en blanco y negro se puede intuir la lozanía y el vigor de aquellos árboles que aprovechaban las aguas subterráneas que iban desde la fuente del Maestro hasta el lavadero pasando por el Molino y su balsa.

Qué fue de ellos sí que lo sabemos: desaparecieron a finales de la década, pero... ¿por qué?. Me inclino a pensar que las gruesas raices comenzarían a quebrar la pista de tierra y en beneficio del tráfico alguien tomó la decisión de talar estos viejos amigos. 

Desde entonces los que acudían a la Fuente del Maestro con sus garrafas a llenarlas de su saludable agua, o los que paseaban los domingos después de la misa hasta la Tosca y la Fuente de la Huerta, lo tuvieron que hacer a pleno sol; los viejos chopos ya no estaban allí, ofreciendo su generosa sombra y unos años más tarde la desgastada pista de tierra se vistió de asfalto y el recuerdo de aquellos chopos solo permaneció en la memoria de los más viejos.


Mosqueruela en los años 90 vista desde el Molino. Foto: Azucena Agudo,1993.

1 comentario:

  1. Si, estas entradas a los pueblos con caminos polvorizos rodeados de chopos daban una agradable sensación, contrariamente ahora carretera asfaltada y bien despejada.
    Un abrazo

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