Mi patria es mi infancia



"Mi patria es mi infancia"
. Así lo expresó un sabio y yo hago mia esta frase. Mi infancia fue feliz y me siento orgulloso de haberla vivido en Mosqueruela. Por ello me considero chinchirino de corazón y he creado este blog para rescatar la Mosqueruela de antaño, la que guardo en mis recuerdos y que me gustaría compartir con todos aquellos que, como yo, llevan a Mosqueruela en el corazón.



viernes, 6 de julio de 2012

El burro más feliz de Mosqueruela



"Zapatero", el burro más feliz de Mosqueruela, animando a la selección  horas antes de la final de la Eurocopa. Foto: Pako Salvador. 



Aquella mañana soleada de junio, "Zapatero", que no es el expresidente de España conocido por su fama de gafe, sino un burro que vive feliz en Mosqueruela... aquella mañana, digo, fue muy extraña para nuestro protagonista. Y digo esto porque "Zapatero" vio entrar a su dueño, Florencio "Cabezón", con el semblante más alegre de lo habitual, contento y diciéndole palabras amables. Llevaba en las manos dos palos con unas telas de color amarillo y rojo que le puso detrás de las orejas y una bufanda de los mismos colores que ató a su cuello.

"Zapatero" se extrañó. "Ya pasó san Antón y la Estrella, y todavía falta para la Feria... ¿Por qué me engalana mi amo de esta manera?" ...pero como no puede hablar nuestro burrito se calló, como hacía siempre y, obediente, salió con su dueño a la calle siguiendo mansamente sus pasos.

Allí comprobó que aquel día no era un día normal: en muchos balcones colgaban telas como las que le habían encasquetado en las orejas; la gente, vestida de rojo, sonreía al verle, le palmeaban el lomo, le decían cosas bonitas... y él estaba feliz porque veía a su amo también feliz y parecía orgulloso de él. Se sintió protagonista, como si fuera Platero o la mula Francis, y pensó que tenía mucha suerte de ser un burrito en Mosqueruela y llevar la vida que llevaba, paciendo tranquilamente en los prados del lavadero, sin trabajar, tan solo subiendo de cuando en cuando a su grupa a algún niño, poco peso la verdad, si pensamos lo que cargaron sus padres...¡que esos sí que trabajaron!

Despues de pasear por media Mosqueruela, llegaron a la plaza y giraron por la calle del Horno. Allí su dueño lo ató a la pared del antiguo bar de Remigio, le dijo algo que no entendió, y desapareció. "¿Donde habrá ido?", se preguntaba Zapatero, "con la calor que hace, debe estar abrevando", pensó.

Resignado, esperó a su amo. Debía ser al filo del mediodía pues el sol caía a plomo y la sombra se hacía cada vez más estrecha. Él se arrimaba a la pared buscando la frescor del muro mientras el sol avanzaba implacable y empezaba a calentar su barriga. "¿Por qué no viene mi amo? ¿se habrá olvidado de mí?, tengo calor y ya me están molestando estos palitroques en la oreja". 

En estas cavilaciones estaba cuando pasó Pako, el del bar. "Este es el que da de abrevar a los de dos patas", pensó, "quizás se apiade de mí y me sirve un pozal de agua"....pero no, Pako estaba pensando en otras cosas, pues sacó su móvil del bolsillo y le hizo una foto mientras decía: "visto lo visto, esta noche ganamos seguro".

Hasta aquí lo que sucedió antes de ese instante que captó la cámara y detuvo en el tiempo. Después ya sabemos lo que vino: España volvió a ganar la Eurocopa y esa noche muchos fuimos a dormir más felices. Quizá "Zapatero", el único burro de Mosqueruela de cuatro patas (como dice Pako), sea un talismán para la selección mejor que el desaparecido pulpo Paul de los últimos mundiales. Por lo menos es más simpático y tan típico de España como lo puede ser el botijo o la boina.

Pero... ¿qué pasó con "Zapatero"?

Cuentan que se enfadó bastante, parece ser que, acostumbrado a pacer a la sombra de los chopos del lavadero todos los días, lleva mal estar al sol mucho rato y en la calle del Horno, además, ese día no circulaba el aire. Así que cuando llegó su dueño, "Zapatero" estaba con un cabreo monumental y en un arrebato de niño mimado,  cuando este fue a desatarlo de la reja, aprovechó que lo tenía detrás y le lanzó una coz que casi lo tira al suelo.

¿Realidad, o leyenda urbana?... cuando lo sepa os lo digo.

Alberto Agudo 


2 comentarios:

  1. El pobre Zapatero no vivió también la victoria con el calor insoportable, sin agua y casi olvidado por su amo.
    Un relato imaginario muy bueno, y felicidades por la Eurocopa.
    Un abrazo

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  2. Seguro que esa noche mientras en la calle la gente celebraba la victoria, nuestro burrito, ajeno a todo, dormía plácidamente en su corral sobre su lecho de paja.

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