Mosqueruela. La Barbacana |
Barbacana es para mí una palabra muy querida. Con solo pronunciarla me veo transportado a los dulces momentos de mi infancia en Mosqueruela.
Para mi la Barbacana es la soleada escalinata que bajaba desde la Portera hacia la carretera, buscando la serrería y el cuartel de la Guardia Civil. Sobre ella domina la imponente presencia del que, dicen, fue el palacio del rey D. Jaime, con su torreón circular semiderruido por el paso de los años.
La Barbacana era amplia, lo suficiente para que desfilaran los chinchirinos en procesión cuando la Romería de la Estrella. Aunque al principio era estrecha y sombreada por pasar encajonada entre el muro de la Portera y la ermita de Santa Engracia (que entonces era la escuela), después se abría al horizonte del Barranco del Majo y el Penyagolosa y recibía la cálida luz del sur, que tanto se agradece en el riguroso invierno turolense.
Debajo de la Barbacana, a la derecha, estaba la escuela de los más pequeños y el parque con los columpios, que todavía hoy resiste el paso de los años; más abajo se ensanchaba como un embudo y a ambos lados de la escalinata, la pendiente, alisada con cemento, nos servía como rampa de juegos y a los adultos para poner a secar la lana en la época del esquileo de las ovejas.
Para suavizar el desnivel, cada tramo de escalones tenía un ancho rellano que nosotros utilizábamos para jugar a las cartetas o hacer bailar las trompas. Y es que la Barbacana hacía también las funciones de patio de la escuela y los días de clase, cuando llegaba la hora del recreo, una alegre algarabía de chiquillos se desparramaba por ella
En los amplios rellanos de la Barbacana jugábamos a las cartetas. |
Pero el dia que consulté en el diccionario, me llevé una sorpresa. Ninguno de sus significados hacia referencia al que yo tenía por válido.
La palabra "barbacana" proviene del vocablo árabe báb albaqqára, cuyo significado es "puerta de las vacas" y designaba un muro defensivo levantado fuera de las murallas del castillo. Era un obstáculo más que se añadía a los atacantes y en tiempos de paz, el espacio se aprovechaba para guardar el ganado, de ahí su nombre. Más tarde los españoles imitaron estas fortificaciones avanzadas como refuerzo de defensa y adoptaron el nombre árabe castellanizándolo. La barbacana a veces era un terraplén adosado al muro, una medida defensiva que se generalizó por su simplicidad y economía.
Foto del Blog Mosqueruela |
Sin duda este sería el caso de Mosqueruela. En la foto, de principios del s. XX, se puede observar el primitivo terraplén y un grupo de personas sentados sobre el muro del camino que subía hasta la Portera. Sobre esta rampa, años después, se construyó la elegante escalinata que todos conocemos como "la Barbacana".
En la actualidad la Barbacana sigue manteniendo el mismo aspecto que antaño y las viejas acacias siguen luciendo sus redondas copas. Sin duda, resisten mejor que nosotros el paso del tiempo, aunque la imagen de los vellones de lana secándose al sol ya no vuelva nunca más.
Alberto Agudo
Cuantos recuerdos de la Barbacana que te han venido de tus juegos de niñez en ella, me imagino la cantidad de veces que has pisado estas escaleras subiendo y bajándolas.
ResponderEliminarMe ha hecho gracia "los vecinos ponían a secar la lana de las ovejas", muy practico.
Un feliz domingo y un abrazo
Si, son muchos y muy entrañables los recuerdos que me trae la Barbacana. Y uno de ellos es el de la lana secándose al sol. Si te fijas en las dos rampas triangulares, tanto por su inclinación como por su orientación (hacia el sur), estas reciben el máximo de insolación. Son perfectas para este cometido.
EliminarLo que desconozco es si la lana era para venderla después o tal vez para hilarla en alguna rueca que ahora esté olvidada y cubierta de polvo en algún desván.
Un cariñoso saludo. Alberto.
¡Que interesante Alberto!.Tambien yo recuerdo muy buenos momentos jugando en la escalinata y en los columpios que por cierto creo que son los mismos.Como a ti ,tambien me ha sorprendido el significado de la palabra"Barbacana"y parece muy lógico que así sea,después de ver la foto antigua que has publicado...Azu
ResponderEliminarSi, Azucena, recuerdo que las niñas también jugábais allí. Y es que, como la Barbacana era tan larga, allí cabíamos todos sin necesidad de mezclarnos. Y aunque el parque ha cambiado, todavía aguantan algunas piezas de entonces como el columpio circular o las barras paralelas y, por supuesto, las acacias.
EliminarUn beso para tí, hermanita.
A leer el título que propones mi primera impresión fue (seguramente por mi deformación seudo-profesional) pensar en las barbacanas de las murallas. En mis paseos por Mosqueruela no recordaba haber visto ninguna aunque la fortificación seguramente debió no una, sino varias. Como siempre, es un placer leerte y viajar a esa infancia que con tanto cariño describes.
ResponderEliminarMereces un monumento por tu trabajo para Mosqueruela. Sirvan estas palabras como barbacana de homenaje
un abrazo Alberto
Raúl-Maestrazgo Mágico
Gracias, Raúl, por tu comentario tan halagador. Es curioso como las palabras, a veces, tienen para cada uno un sentido diferente al de su verdadero significado. Y yo siempre he pensado que una barbacana era una larga y amplia escalinata, como la que tenemos en Mosqueruela o la de la famosa escena del Acorazado Potemkin.
EliminarTambién hay muchas palabras que se resisten a morir, y con el paso del tiempo siguen persistiendo en el habla local, aunque hayan perdido su primitivo concepto. Esas palabras son como reliquias y nos hablan de un pasado remoto y olvidado en la memoria colectiva local.
Si Mosqueruela fue una villa fortificada, sin duda tuvo su barbacana, quizá de tierra, y sus vestigios los podemos ver en la vieja foto... y, sobre todo, en la persistencia de la misma palabra para designar el lugar donde estuvo antaño.
Un fuerte abrazo.
Los ninos que comian en el comedor de la escuela tiraban las naranjas por la barbacana para hacerlas de chupar y beberse su zumo.Eran los tiempos en los que la escuela tenia hasta comedor.....
ResponderEliminarSi, recuerdo que yo también me las comía así, o pisándolas con el pie. Estrujabas la naranja y chupabas el zumo que podías, aunque te sabía un poco amargo porque se mezclaba con el de la piel. Un saludo y gracias por comentar.
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